La irrupción del Vespa en la España de los 50 se produjo en un momento en el que el país estaba cerrado al exterior. Aún así, la icónica motocicleta, se abrió paso en el mercado más allá de una solución de movilidad para la maltrecha economía de muchas familias. También sirvió como una vía de apertura al mundo. La afición por Vespa, hermanó a clubs de toda Europa hasta concentrar a más de dos mil vespistas en Barcelona para asistir al I Eurovespa Internacional. Vespa traía nuevos aires a España, pero a un grupo de hombres les trajo algo más: el empeño de demostrar al mundo que podían superar todos los récords que les pusieran por delante.
Pero ¿qué ha sido de aquél espíritu? Parece poco probable que una hazaña semejante se repitiera seis décadas después como lo hicieron aquellos 30 hombres: solo por amor propio y afán de superación. O quizás sí...
¿Qué ocurriría en 2023 si se lanzara un reto semejante a la afición vespera? A los 30 de Valladolid les bastó una fotografía publicada en medios para despertar su afán de superación. ¿Bastaría con eso hoy en día para que el reto se hiciera viral y cientos de aficionados lo intentaran como ocurrió hace 60 años?
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